Por ello, lo primero es evaluar en globalidad e identificar que problemas son los causantes de las dificultades. En base a ellos elaborar una intervención individualizada. 

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Cuando un alumno tiene una dificultad de aprendizaje que causa un problema académico es muy común que le afecte en su autoestima, forma de relacionarse con los demás,  inseguridad…. Aspectos emocionales que no podemos olvidar, ya que suponen parte del bienestar general 

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A su vez, su familia muchas veces implicadas en el proceso educativo/ personal, se sienten frustradas porque no entienden muy bien que pueden hacer al respecto o como gestionar adecuadamente la situación. 

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Otras veces desde el centro escolar no tienen un concepto claro de cómo tratar o adaptar el currículo para estos alumnos, sintiéndose perdidos, por lo que ofrecemos también una coordinación con los maestros. 

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Además creemos que es parte de nuestra obligación hacer que la dislexia deje de ser invisible para que pueda ser visible, por lo que es necesario que existan profesionales formados que conozcan bien de que se trata.

Tanto o más importante es que las instituciones legales apoyen a los alumnos con estas dificultades ofreciendo los recursos y apoyos necesarios. Por lo que consideramos esencial un trabajo de concienciación social.

 

En relación a todos ellos proponemos las formas de actuación, desde la coordinación y apoyo mutuo.