Ideas clave

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• Es Universal, lo que significa que se da en todos los países y personas del planeta. ​

• Tiene un factor hereditario 

• No desaparece, pero se puede mejorar con la reeducación.

• No es una enfermedad, es una organización neural diferente.

• Cuanto antes comience la intervención más fácil es que los problemas disminuyan.  

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¿porqué se produce? 

 

Con la lectura, se activan areas de nuestro cerebro  especializadas en asociar grafemas (letras) a fonemas (sonidos) y relacionarlos con su significado. Es decir, reconocemos de manera precisa y fluida las palabras al descodificar dichos sonidos/imágenes. A esto se le llama conciencia fonológica. 

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Estos procesos se dan cuando leemos (recibiendo e interpretando la información) y cuando escribimos  

(seleccionando las letras o palabras y produciendo un escrito)

 

Las personas con dislexia no presentan la misma activación en las áreas cerebrales implicadas en las tareas relacionadas con la conciencia fonológica y por lo tanto con la lectoescritura.

 

El hemisferio izquierdo es el encargado del área del lenguaje. Mientras se realizan tareas de lectoescritura se ha demostrado que el área inferior del cortex frontal, las regiones parietotemporales y las temporoccipitales tienen una menor activación en los niños con dislexia. 

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Por ello, tienen dificultades en el reconocimiento de palabras y en la descodificación que a lo largo del tiempo se traduce también en otros problemas relacionados con la lectoescritura; ortografía pobre, lectura lenta, omisión, sustitución o adicción de fonemas en las palabras...

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Imaginemos que un niño con miopía, no lleva gafas con su graduación, lo que pasaría es que no podría leer igual que uno que ve perfectamente y aunque su inteligencia fuera normal o incluso superior, sus resultados por mucho que se esforzase nunca podrían ser iguales al niño con unas gafas adecuadas o sin miopía. 

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Lo mismo pasa con la dislexia, su organización neuronal diferente no supone que no puedan acceder a la lectoescritura, solo que necesitan adaptaciones y un entrenamiento específico para que su dificultad se vea aminorada y tenga un acceso adecuado a la información escrita. 

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​Nuestro cerebro es plástico por lo que entrenando ciertas habilidades relacionadas con las áreas implicadas, se pueden potenciar las zonas donde la activación en la lecto-escritura no es igual.

Especialmente a edades tempranas donde la plasticidad cerebral es mucho mayor.

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